Cuando usted ha tomado la decisión de practicarse algún tipo de intervención que se encuentra dentro del campo de la cirugía plástica, y en especial de la cirugía estética, el mejor punto de partida para emprender el camino del éxito en su operación es la escogencia de un cirujano plástico calificado.
En los últimos 10 años, el boom de la cirugía estética ha llevado a que proliferen los anuncios sobre tratamientos estéticos que ofrecen convertir a las personas en el modelo de belleza deseado, con precios cómodos, planes de crédito, facilidades de pago, ultima tecnología, plan completo de recuperación, asesoria medica y nutricional, etc. Lo que promocionan estos avisos quizá no este muy lejos de la realidad, pero lo mas importante en este sentido es saber quienes están detrás de ellos, quienes son las personas que ejecutan en la practica lo que la publicidad ofrece.
Aunque los especialistas en cirugía plástica, graduados y certificados por los organismos legales pertinentes son los que tienen la jurisprudencia para realizar procedimientos correspondientes en este campo de la medicina, en la actualidad mundial cada vez es mas común encontrar médicos de otras especialidades, con un entrenamiento relativo basado primordialmente en el empirismo y la observación, realizan procedimientos de orden estético teniendo como punto de partida el hecho de haberse recibido como médicos cirujanos generales y ser especialistas en un aria especifica, lo que al parecer los acredita tácitamente para hacer intervenciones estéticas en zonas del cuerpo que corresponden a su especialidad. En este asunto las implicaciones lucrativas de estas intervenciones entran a desempeñar un papel definitivo. La tendencia general muestra que el campo de la estética representa buenos ingresos para el profesional, cosa que dispara la proliferación de médicos que practican la cirugía sin tener la especialidad. Por otro lado, como se trata de procedimientos que ningún seguro médico cubre, las ganancias son mayores para el profesional.
Entonces, en países como el continente americano y España es muy común ver a otorrinolaringólogos que practican blefaroplastias (cirugía estetica de párpados), ginecólogos que efectúan liposucciones y dermolipectomias, dermatólogos que ofrecen sus servicios para aumento o reducción de busto.
El caso de Argentina, que se puede equiparar con la mayoría de países latinoamericanos, es explicado por el doctor Guillermo Alberto Flagherty, cirujano plástico que acaba de concluir, al cierre de esta edición, su periodo como presidente de la sociedad argentina de cirugía plástica, estética y reparadora.
“En realidad, en este país el titulo de medico habilita al profesional para realizar cualquier actividad medica, y por lo tanto a operar. Queda a criterio de cada medico decretar su idoneidad para llevar a cabo un tipo de cirugía ‘x’ o ‘y’. Empero, cada vez estamos buscando con mas énfasis que para poder desarrollar una actividad correspondiente al campo de la medicina se llegue al titulo de especialista en dicha actividad. Como en Argentina se permite que un medico puede realizar cualquier actividad pertinente a la ciencia, hay una gran proliferación, sobre todo en el tema de cirugía estética, que todavía marca una pauta comercial independiente, de médicos que ejercen otra especialidad, pero que también realizan cirugías estéticas. Pero como no hay una reglamentación especifica, queda a criterio del paciente exigirle al medico que lo vaya a tratar que demuestre su capacitación en cirugía plástica. En los acercamientos con el ministerio de salud, lo que estamos buscando es lograr que las esferas oficiales deleguen el contralor para los especialistas de cada actividad. Digamos que la actividad de los dermatólogos sea regulada por la sociedad de dermatología, la de los cardiólogos por la de cardiología... Y en nuestro caso, la de los cirujanos plásticos, por las instituciones de esta disciplina. En definitiva, cada uno tiene los conocimientos profundos sobre su especialidad correspondiente, y no queremos que sea un ente dominado digitalmente por un funcionario. Lo mismo cuando se quiere establecer pautas de salud, que se consulte con las instituciones correspondientes”.
La preocupación de los cirujanos plásticos en nuestros países americanos se ha concentrado en hacer una depuración cada vez mas amplia de la especialidad, para que sus “linderos” sean respetados y, en el caso de las intervenciones estéticas, para que se reduzcan al mínimo los episodios fallidos que, por las implicaciones que tienen este tipo de cirugías (pues no son “estrictamente”necesarias y tampoco respondientes a emergencias, sino que culturalmente se asocian con la vanidad de las personas), no sean los que mas salen a relucir en los medios de comunicación, causando rechazo en la sociedad.
Los casos colombianos, muy destacados por la prensa especialmente en los últimos tres años, se han dado, casualmente, por que son pacientes que murieron por complicaciones en liposucciones realizadas por ginecólogos, médicos o cirujanos generales y no por cirujanos plásticos.
Los especialistas en estas áreas sustentan su función como cirujanos plásticos en que han realizado estudios concentrados en esta especialidad y muchas horas de practicas mientras fueron residentes en hospitales y clínicas que son las mejores bases para alcanzar todo el conocimiento que les permite realizar las cirugías con idoneidad y minimizando los riesgos.
Sin embargo, la cirugía plástica es una especialidad médica bastante compleja. Los aspirantes invierten muchas horas de su preparación en el estudio de la estética, la piel, los conceptos de belleza, la naturaleza de cada procedimiento, las condiciones en que un paciente puede entrar en el quirófano teniendo en cuenta que ha sido su decisión voluntaria y no un caso de vida o muerte, las implicaciones psicológicas de estos procedimientos, el estudio de cada milímetro de tejido y su conexión con los demás, etc. Por eso, así como el oftalmólogo sabe que un glaucoma se debe tratar de tal o cual manera para reducir el riesgo de ceguera en el paciente, el cirujano plástico conoce hasta donde debe elevar la zona de areola del busto para que quede estéticamente armonioso y, sobre todo, para que no cause traumatismo en la zona, como la perdida de sensibilidad del pezón por exceso de lesión de los nervios, o la necrosis por lesión vascular. Se trata de conocimiento y de profundidad en la materia.
Con esto queremos destacar que una persona que quiera someterse a un procedimiento quirúrgico de tipo electivo, como es el de la cirugía estetica, debe, ante todo, tomarse su tiempo para elegir al especialista, consultando a conciencia que tanta experiencia e idoneidad tiene, y confirmando que posea los certificados oficiales exigidos en cada país para ejercer como cirujano plástico.
En países como Argentina, México y Colombia se va mucho mas allá y los especialistas promulgan que el paciente, incluso, debe verificar si el medico en cuestión pertenece a la sociedad o asociación oficial de la especialidad, ya que este tipo de entidades exigen los requisitos pertinentes y realizan pruebas de alto rango para aceptar la vinculación de algún postulante. (Al final de este capitulo encontrara un listado de las asociaciones latinoamericanas de cirugía plástica.)
“Lo que la población tiene que empezar a entender, para cuidarse mas, es que tiene que exigir que su cirujano se haya especializado. Que le muestre su titulo que lo habilita como especialista y lo mismo si pertenece a una asociación científica”,agrega el doctor Flagherty.
Es pertinente describir en ese momento el extenso campo de la especialidad plástica en sus diferentes ramas. como ya hemos explicado, la cirugía plástica tiene como propósito la reconstrucción funcional y estetica de los tejidos que han sido dañados o alterados por diferentes motivos como traumas, malformaciones congénitas o por efectos del envejecimiento, entre otros.
Para cumplir cabalmente con este objetivo, fue necesario hacer una ramificación de la especialidad teniendo en cuenta las áreas en las que tiene absoluta competencia. Cabe anotar que la cirugía estetica es una de las ramas que puede ser ejercida por cualquier cirujano plástico certificado como tal según las leyes internacionales y los códigos de la especialidad.
Ésta fue la subdivisión:
Cirugía reconstructiva. Se encarga del manejo de las lesiones postraumáticas en cualquier parte del cuerpo, como por ejemplo el trauma facial (óseo y de tejidos blandos), las lesiones de tejido blandos de las extremidades superior e inferior, el manejo de los pacientes quemados, etc. Igualmente, incluye el manejo de anomalías congénitas como por ejemplo el labio y paladar hendido y las malformaciones de las orejas, entre otras.
Cirugía maxilofacial. Se encarga de las malformaciones de origen congénito o traumático en los huesos de la cara, tales como el prognatismo (crecimiento exagerado del maxilar inferior), las hipoplasias ( falta de desarrollo) de alguno de los maxilares, la corrección de las malocluciones dentales, el manejo quirúrgico de las fracturas de los huesos de la cara, etc.
Cirugía de la mano. Incluye el manejo de las anomalías congénitas y traumáticas de esta importante área del cuerpo.
Cirugía estetica. Como su nombre lo indica, consiste en el embellecimiento de las diferentes partes del cuerpo y de la cara, ya sea para producir un rejuvenecimiento o para corregir algunas deficiencias o excesos. A nivel de la cara, por ejemplo la mas practicada en los pacientes jóvenes es la rinoplastia (cirugía de la nariz), seguida de la mentoplastia (corrección del mentón, ya sea por que es muy pequeño o por el contrario muy grande). Con la edad vienen entonces los procedimientos de rejuvenecimiento como la blefaroplastia (cirugía de párpados), la frontoplastia (corrección de la frente),la meloplastia (corrección me las mejillas) y la ritidoplastia (cirugía de rejuvenecimiento en toda la cara, que incluye a las tres anteriores).
En los pacientes de ritidoplastia se manejan además las arrugas en la zona del cuello (cervicoplastia). En el área corporal encontramos las cirugías de los senos, ya sea de aumento (colocación de implantes)o de reducción, la abdominoplastía (cirugía del abdomen), la liposucción y la lipoinyeccion, la gluteoplastia de aumento (cirugía de las nalgas), y en las extremidades inferiores, liposucción o colocación de implantes en la zona de las pantorrilla.
Todo logro implica un sacrificio. Sabio dicho del argot popular, que se puede aplicar cuando millones de hombres y mujeres deciden emprender una batalla contra la obesidad, los excesos de grasa localizada o el envejecimiento, y para lograrlo adoptan medidas como rutinas de ejercicios, regímenes dietarios de bajas calorías, y finalmente, la cirugía estetica. Pero se suele caer en el error de llegar a la cirugía solo para evitar realizar ejercicios o dietas, en la creencia de que si uno se somete a un proceso quirúrgico para reducir las medidas nunca mas tendrá que preocuparse por cambiar de hábitos. Pero la cirugía no es omnipotente, ni puede lograr que una mujer se convierta en una Barbie de la noche a la mañana, y tampoco que se mantengan así durante toda la vida. Las intervenciones esteticas pueden ser el medio mas contundente y rápido para lograr un cuerpo armonioso, pero se requieren ayudas complementarias y cambios de hábitos que permitan mantener o mejorar los logros alcanzados con ellas; cambios tan fundamentales como una rutina de ejercicio moderada, que debe ser orientada por un especialista en el tema, y unos hábitos alimentarios adecuados. Sobre esta ultima condicion y su relación con la cirugía estetica hablaremos es este capitulo.
Control previo
Proporcionarnos a nosotros mismos una buena nutrición quiere decir que debemos ofrecerle al organismo las herramientas necesarias (nutrientes) para que funcione bien y acorde con su naturaleza, defendiéndose con valentía de las amenazas ambientales y de su predisposición genética, y viviendo su proceso de desarrollo y evolución de la manera mas sana y saludable posible. Nutrirse no quiere decir dejar de comer porque la comida hace daño o engorda, ni tampoco comer de todo y a todas horas porque debemos estar bien alimentados. No; en cuestión de nutrición, y sobre todo cuando se busca mantener un peso ideal, buena forma y buena salud, los extremos, por exceso o por defecto, no tienen cabina. Si se quiere bajar de peso y contrarrestar el exceso de grasa acumulada, esto se debe interiorizar con disciplina y voluntad.
Cuando una persona decide someterse a una cirugía estetica para moldear su cuerpo –hablamos concretamente de cirugías como liposucción y lipectomia, que por lo general se combinan para reducir medidas –primero se debe hacer estas preguntas: ¿tengo sobrepeso? Y si la respuesta es afirmativa: ¿qué tanto sobrepeso tengo? El medico debe orientarla en este sentido, pero la persona puede saberlo practicando una formula muy sencilla, que determina el índice de masa corporal (IMC), es decir, la relación peso-estatura de cada organismo:
PESO (kg)
______________
ESTATURA (m)
Si el resultado de esta formula es 27, la persona se encuentra en el limite de una persona con sobrepeso, pero si su IMC es de 30 o mas, necesariamente debe incluir, dentro de su plan, un régimen dietario previo a la cirugía para bajar de peso. La lipoescultura o lipoaspiración no es una cirugía para personas obesas, puesto que con ella no se pretende eliminar la gordura y los problemas que conlleva esta condicion, sino moldear el cuerpo aspirando los cúmulos de tejido adiposo localizados.
Sin embargo, es una gran herramienta cuando se quiere erradicar el peso dentro de un plan integrado de disciplinas y hábitos –como la dieta baja en calorías- que se complementan para resolver el problema. Por eso, cuando su cirujano le recomiende un tratamiento dietario previo a la intervención -porque debería hacerlo siempre que aprecie un sobrepeso considerable- no se sienta defraudada. Por el contrario, siéntase feliz de haber encontrado a un especialista idóneo, que sabe lo que usted necesita. Luego de esta recomendación usted debe ponerse en manos de una nutricionista experta.
En casos de obesidad mórbida (con índice de masa corporal mayor de 40 y con compromiso severo de la salud), este plan integrado de hábitos, procedimientos quirúrgicos y disciplinas físicas se hace indispensable. Entonces el paciente se puede someter a la cirugía baríatrica (procedimiento para reducir el tamaño del estomago y acortar pasos en el proceso digestivo, con miras a lograr una menor ingestión y absorción de alimentos) para minimizar el consumo a lo estrictamente necesario. Luego puede comenzar su nueva rutina de alimentación practicando diariamente una disciplina moderada de ejercicios y, mas adelante, cuando llegue a una perdida importante de peso y de los depósitos de grasa, programar una cirugía plástica para resecar los excesos de piel que le queden e, incluso, de manera inminente recurrir a una liposucción para acabar de eliminar los sobrantes de tejido adiposo. Sobre este tema hablaremos en el capitulo dedicado a la obesidad mórbida, donde este procedimiento se describe con mas detalle.
Lo que queremos indicar con esta explicación es que cuando se desea reducir las medidas y eliminar los depósitos de grasa sobrantes, la dieta moderada siempre debe ir de la mano de la cirugía estetica, si ya ha decidido someterse a un procedimiento de esta índole.
En condiciones normales, lo ideal es iniciar la dieta por lo menos uno o dos meses antes de la cirugía, de tal forma que se llegue al quirófano con un peso aproximado al adecuado, para optimizar la aplicación de cada técnica y los resultados. Para el cirujano será más fácil manipular la zona que va a tratar si el paciente he bajado de peso. Llegar a la sala de operaciones con menos kilos significa, sobre todo, reducir en gran proporción los riesgos de la cirugía y optimizar las condiciones del paciente, pues ya se sabe que la obesidad es un detonador de las complicaciones cardiovasculares y cardiopulmonares, que pueden representar uno de los riesgos mínimos de estas intervenciones. Es decir, ya esta comprobado que es mas riesgoso operar a una persona obesa que a una con sobrepeso moderado.
Cuando la cirugía se programa en corto tiempo se puede tomar medidas de emergencia que deben ser controladas rigurosamente por un profesional de nutrición.
Según la explicación de la doctora Adriana Gutiérrez de López, nutricionista y dietista, experta en tratamientos alimentarios previos y posteriores a la cirugía, en estos casos en que la intervención se programa para ocho o diez después de la consulta con el cirujano, se pueden llevar acabo planes dietarios de muy pocas calorías con los nutrientes necesarios, pero el paciente debe permanecer bajo estricto control por parte del nutricionista. Con esta vigilancia permanente se busca evitar que la persona desarrolle estados de hipoglicemia (baja de nivel de azúcar), hiponatremia ( perdida excesiva de sodio), hipocalemia (perdida de potasio), que se opondrían a las buenas condiciones que el paciente debe tener al llegar al quirófano. Por eso, se calculan dietas que deben estar muy bien diseñadas y supervisadas para lograr reducir el peso sin que el estado de salud se perjudique.
En realidad no existe una regla general para establecer una dieta previa a la cirugía. Lo importante es que el paciente llegue al quirófano con la menor concentración de grasa posible, porque esto facilitara la labor del cirujano. Cada paciente posee condiciones especificas en su estado de salud, características físicas en general y en sus hábitos alimenticios, de ahí que los profesionales de la nutrición deban analizar minuciosamente dichas condiciones, con el fin de calcular la dieta mas apropiada para cada uno.
Lo inevitable para todos es la disminución en el consumo de grasas adicionales (fritos, alimentos preparados con mantequilla, embutidos, carnes grasosa o en preparaciones que requieran de aceites y salsas, quesos altos en grasa, crema de leche, etc.), azucares y carbohidratos. Toda dieta para bajar de peso necesariamente implica una reducción de este tipo de alimentos, puesto que son los mayores responsables del incremento del tejido adiposo, y, por ende, del aumento de peso.
Por otro lado, es necesario que como paciente usted siempre mantenga informado a su cirujano sobre los logros con su dieta, para que el pueda planear la cirugía con mas exactitud. Durante este periodo de régimen alimentario, la perdida de peso y de concentración de tejido graso depende de cada organismo.
Lo cierto es que cuando se acerque el momento de la operación, usted se sentirá mas tranquilo si su dieta le ha permitido llegar al quirófano en mejores condiciones.
Después de la cirugía debe tener presente que si bien ésta ha sido el fin de su insatisfacción frente alas anteriores condiciones de su cuerpo, no lo ha sido en lo referente a sus nuevos hábitos alimenticios. Mantener el consumo moderado de todos los grupos de alimentos y cuidar lo que come debe ser algo que usted adopte en esa nueva vida que acaba de empezar después de la intervención, con su nueva figura.
Un régimen de alimentación balanceada y controlada es una disciplina que deberá acompañarlo durante el resto de su vida, si quiere mantener los buenos resultados de la cirugía estetica durante un largo plazo, pues aunque los contornos conseguidos con el proceso quirúrgico se mantendrán, las acumulaciones de grasas se pueden volver a presentar en las zonas no tratadas y entonces perdería por completo la armonía de su cuerpo. Además, si hay excesos en la alimentación las células de tejido graso que aun quedan en la zona operada se pueden ensanchar hasta lograr que usted tenga nuevamente “gorditos”.
El organismo del paciente que se somete a una liposucción o a una lipectomía presenta unas condiciones muy particulares, como exceso de edema (acumulación de líquidos en los tejidos) debido precisamente a la remoción de las células grasas y al traumatismo del área intervenida. La piel, por supuesto, se empieza a inflamar y muy pronto aparecerá la equimosis. Por otro lado, la mayoría de los pacientes desarrollan anemia –generalmente leve- y algunas deficiencias vitamínicas y de minerales.
Siendo así las condiciones, es necesario hacer unos cambios transitorios en la dieta que lleva la persona, para que el organismo responda mejor a su proceso de recuperación. Primero, se debe reducir el consumo de líquidos a lo mínimo posible, mientras el organismo se encarga de reabsorber el exceso que se presenta luego de la intervención. La dieta debe, entonces, contribuir con la diuresis del organismo durante esta periodo. También son necesarios alimentos con alto contenido de hierro (para combinar la anemia que aparece después de la intervención) y vitamina C, que permite absorber mejor el hierro que ingerimos a través de los alimentos, y fijarlos en las células. Sin el aparecerían las consecuencias propias de la deficiencia de este mineral, ingrediente fundamental en los glóbulos rojos.
La eliminación de los carbohidratos y la reducción de grasas al mínimo constituyen las reglas básicas durante esta etapa de recuperación. Todos los nutrientes que el paciente recién operado requiere se integran a la dieta con alimentos como las carnes blancas bajas en grasas, lo mismo que con proteínas vegetal, entre otros.
Cuando se cumpla el proceso de recuperación –aproximadamente en tres meses-, y luego de que el organismo haya logrado reabsorber edemas y desinflamarse completamente, vuelve a tener vigencia el consumo de grandes cantidades de agua o líquidos bajos en calorías, pero entonces se debe pensar que para mantener un cuerpo moldeado y a entera satisfacción, no se puede volver a comer igual. Por eso será necesario seguir una dieta de mantenimiento. Esta es indispensable, en opinión de la doctora Gutiérrez de López, si se quieren prolongar los resultados de la cirugía por largo tiempo.
Pero hay una buena noticia: la dieta de mantenimiento no implica un sacrificio apabullante, ni una disciplina rigurosa. Simplemente se trata de comer de todos los grupos de alimentos y de satisfacer gustos y antojos, pero con moderación. Lo importante es tener en cuenta la frecuencia y las cantidades de cada alimento.
Según el concepto de especialista como Adriana Gutiérrez de López, no es aconsejable eliminar ningún grupo de alimentos, a excepción de los carbohidratos simples como el azúcar de golosinas y licores, puesto que no se pueden alterar bruscamente los procesos del organismo. Por ejemplo, de las células grasas depende la formación de un gran numero de hormonas. La regla básica es reducir su cantidad y frecuencia de consumo.
En este momento vale la pena preguntarse por que engordamos. La explicación que daremos a continuación es valida para las personas que suben de peso por consumo excesivo de alimentos, pues existen casos de obesidad generados por otras causas, como los desordenes hormonales (hipotiroidismo).
Subimos de peso ciando ingerimos mas calorías de las que nuestro cuerpo necesita para cumplir con sus funciones diarias. Es un proceso acumulativo en el que las calorías que no se gastan o no se utilizan se van depositando (a manera de reserva), hasta que se produce un aumento de peso. Por cada 7000 calorías que se acumulen se sube un kilo, y hay que tener en cuenta que todos los días se queman calorías, con cada actividad (incluso con el sueño).
Cuando las nutricionistas calculan y ordenan un régimen dietario para bajar el induce de masa corporal o para alcanzar el peso ideal, analizan cuales son las mejores opciones para lograr que el paciente consuma una cantidad de calorías que lo satisfagan y que alcancen a cubrir el mínimo requerido diariamente. De esta forma el organismo hará uso de las calorías que tiene en reserva. Lo mínimo que una mujer se puede permitir diariamente son 1000 calorías (no menos) y para los hombres son 1300.La dieta de mantenimiento es el promedio entre el consumo normal diario de alimentos y la dieta calculada para bajar de peso.
Ilustraremos mejor esta explicación con un ejemplo:
Sara Ramírez es una mujer de 32 años, con sobre peso.
Su índice de masa corporal es de 27.
Según la formula de Harris-Benedict, se acumula el requerimiento en calorías de la señora Ramírez y da como resultado 1580 calorías por día, es decir, la cantidad que ella necesita diariamente para cumplir con sus funciones orgánicas. Pero según su entrevista con la nutricionista, su consumo era de 1900 calorias/día. Esto quiere decir que Sara estaba acumulando 320 calorías al día. Si multiplicamos estas 320 calorías por 15 días, podemos concluir que esta acumulando 4800 durante ese periodo de tiempo, y que en 20 días habrá subido aproximadamente un kilo, teniendo en cuenta que un kilo equivale a alrededor de 7000 calorías.
Teniendo en cuenta estas recomendaciones, usted verá cómo su cuerpo responde con agradecimiento a la nueva disciplina, y cada momento que pase después de su cirugía, se sentirá mas satisfecho consigo mismo. Pero vamos a recomendarle una última cosa para que sea lo primero que se le quede en la memoria: siempre que inicie cambios de hábitos como los recomendados aquí, debe consultar a un especialista. No adopte medidas nuevas sin conocimiento, sin asesoria y sin orientación, ni siga los consejos de amigos o parientes. Cada organismo es un mundo aparte.
El concepto de autoimagen esta directamente ligado con la autoestima. Una imagen satisfactoria de si mismo, unos elementos estéticos acordes con lo que queremos ver en nuestra figura son ingredientes fundamentales en la construcción de una autoestima elevada. Cuando la autoimagen es satisfactoria, cuando estamos descontentos con el concepto que tenemos de nosotros mismos, cuando nuestro propio retrato no nos gusta, no nos atrae, la autoestima se altera, generando una distorsión en la valoración de uno mismo como persona.
Por eso, la doble implicación que tiene una intervención quirúrgico de tipo estético se ha definido muy claramente: no solo mejora el aspecto físico sino que influye con precisión en la percepción que cada individuo tiene de si mismo y, por ende, en su autoestima. En teoría, esa influencia por lo regular es positiva.
“En condiciones normales, para un paciente que se somete a una cirugía estética por estar insatisfecho con la parte que se quiere operar, la experiencia resulta positiva en la medida en que se responda a expectativas reales”, opina la psiquiatra barrios, especialista de la clínica reina Sofía de bogota, quien acaba de tocar un punto importante dentro del proceso de una cirugía estética: la expectativa.
La cirugía tampoco debe ser tomada como un instrumento para resolver los problemas de tipo emocional, laboral o familiar que se tenga en ese momento. Aunque en la practica se ha podido comprobar con gran asombro que pacientes que habían perdido oportunidad de trabajo y lo adujeron a un defecto físico notorio, han logrado el éxito profesional luego de haberse sometido a una cirugía estética para corregir su inconformidad. También abundan los casos en que se mejoran las relaciones maritales después de que la mujer se quita la piel flácida o los ‘gorditos’ que le quedaron tras su embarazo. Sin embargo, estas situaciones no se deben convertir en el fin ultimo por el cual la persona deba entrar en el quirófano. Si la cirugía no responde a la satisfacción propia del paciente ni favorece su autoimagen será un fracaso.
Los casos de depresión o ansiedad se analizan con especial cuidado, porque son situaciones en las que las personas suelen tomar decisiones drásticas, atendiendo a su deseo de cambiar de estado de ánimo. Con gran frecuencia suelen pensar en someterse a una cirugía estética, sobre todo cuando se trata de conflictos conyugales en los que hay una tercera persona de por medio. “La mujer piensa que si el marido esta mirando a otra persona es porque ella tiene algo que a el le gusta, o porque quizá encontró en esa otra mujer una belleza mas atractiva. Entonces acuden al cirujano plástico de inmediato, cuando se encuentran en la mas absoluta depresión y con los niveles de seguridad y temores completamente elevados. Error craso”, explica el psiquiatra Oswaldo matta.
Cuando se padecen estas alteraciones emocionales se suelen tomar decisiones equivocadas, y mas aun si las personas no se encuentran en las mejores condiciones para tomar determinaciones de esta índole, como ‘arriesgarse’ a entrar en un quirófano con la seguridad de que luego se sentirán completamente satisfechas. Estas personas suelen creer, erróneamente, que la cirugía puede resolver todos sus problemas, y esto es algo alejado de la realidad.
Las cirugías estéticas juegan un rol muy importante en el narcisismo de cada cual, algo que los psiquiatras describen como la sensación de completo bienestar con uno mismo. Si este narcisismo no es patológico se califica como un estado de comodidad hacia nuestra propia persona, que en algún momento, y dadas las circunstancias, se podría reforzar con el ajuste estético de algo que no satisface. Pero cuando una persona esta deprimida, este aspecto de narcisismo se encuentra minimizado y la operación no ayudará a fomentase ni a reforzar esa condición. Las relaciones, por el contrario, podrían ser de absoluta inconformidad: “No me quedo bien, no quede contenta”, “es el colmo que usted me haya dejado mal”, “no debí hacerme esto”,”odio la cicatriz que me dejo”, etc. Todos los días los pacientes van a consulta con un cirujano para quejarse y terminar concluyendo que operarse fue la peor equivocación que cometieron.
Otro prototipo de personas que no se considera como buen candidato para una cirugía estética es el muy obsesivo o ‘psicorrígido’, muy minucioso y supremamente estricto en la normatividad de sus vidas diarias por que quizás nunca estará contento con su cirugía y siempre le encontrara ‘un pelo mas al gato’. Mirara cada detalle con lupa y siempre se sentirá insatisfecho con alguna cosa de su procedimiento.
Si el paciente entra en la cirugía con un rechazo muy grande hacia si mismo, nunca va a sentirse mejor, aunque la intervención resulte exitosa. Es todo lo contrario, los dolores se van a percibir mucho peor, y luego de la intervención el paciente igualmente no se va a sentir cómodo, porque seguirá deprimido (la depresión es un estado de maltrato muy grande, de falta de reconocimiento hacia uno mismo)” opina la doctora barrios.
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